Siempre dicen que es importante retomar actividades que te hicieron sentir bien en el pasado; que es bueno mantener esos recuerdos vivos, y estoy totalmente de acuerdo con ello. En este caso, la actividad que retomé fue la de tocar violín; algo que no había hecho desde hace más de cuatros años, pero que es definitivamente una de las etapas más pasionales de mi vida. Cuando me puse a afinarlo, realmente me dieron ganas de llorar, porque la época en la que tocaba violín no fue peculiarmente agradable, al contrario, la encuentro bastante difícil. En esa época murió mi abuelo y fue muy difícil para mi aceptar que no volvería a verlo; y no solo eso, sino que me quedé con cosas que me hubiera encantado decirle, pero no me dio tiempo, o no me atreví a decirlas. Sin embargo, cuando empecé a tocar las melodías que recordaba, me dio mucha paz y comprendí que era otro reto que tenía que pasar, por muy doloroso que me pareció. Me impresionó que la música llenara algunas dudas que aún me perseguían de ese entonces, pero ahora, con la mente mucho más fría, logré responder.
De igual forma, recordé el antiguo dicho “lo que bien se aprende, jamás se olvida”, pues me acordé de notas y partituras que llevaba mucho tiempo sin practicar. Me dio gusto, puesto que creo que es un logro personal y además es una aptitud que había dejado a un lado, sin querer. Estoy ansiosa por mejorar mientras me acuerdo.
Creatividad: 3 horas
No hay comentarios:
Publicar un comentario