martes, octubre 29, 2013

Dando clases

De verdad no sé por dónde empezar.. Han sido dos días bastante largos, pero productivos. Estoy muy contenta por una parte porque sé que estoy haciendo algo para el país, porque sé que no soy de esas personas que son indiferentes al problema, estoy orgullosa porque sé que lo que sea que pueda llegar a enseñarles a estos niños va a hacer un cambio. Estoy segura y me voy a encargar de que cada uno tengo sus sueños bien claros y con que uno solo de ellos los cumpla, me doy por bien servida, pues significa que mi trabajo está hecho.

Soy parte del cambio
 Por el otro lado estoy entre dos sentimientos, tristeza y coraje. Tristeza porque no puedo creer que nuestro país esté tan mal en educación, tristeza porque sé que la mayoría de los maestros no están haciendo el trabajo que deberían hacer, porque les da igual si los niños se superan o no. Tristeza porque me doy cuenta de que lo peor de todo es que ésta es solo una escuela de las millones que tenemos en el país y de que seguramente, esta no es la que tiene peores problemas. ¿Coraje? Coraje porque los niños son auténticas esponjas, que tal como son tratados van a tratar, con el mismo ánimo y entusiasmo que se les enseña van a aprender.. Y aún con esta ventaja, a los maestros les importa poco, porque es mucho más cómodo tan solo asistir a la escuela, cobrar el sueldo que seguramente no es mucho, pasar a sus alumnos y tener un nuevo grupo al año siguiente. El mundo se queja de la gente que hay en el, sin darse cuenta de que es el mundo quien las crea. Estos maestros son los que están preparando al motor de las futuras generaciones, son ellos los que se verán afectados y aún sabiendo todo esto siguen haciendo lo que mejor les sale.. Portarse indiferentes. 

Llevo dos días solamente de ir a esa escuela; solo dos días me bastaron para darme cuenta de que TENGO que ayudar, ahora que sé cuál es el problema, simplemente no me puedo quedar sentada observando. No puedo.

Sin embargo no es lo único que he aprendido en estos dos días, pues si solo mostrara el lado malo de la moneda estaría igual o peor que los maestros que tanto estoy criticando. Al contrario, pienso que hay más cosas buenas que rescatar de esta experiencia que malas, pues estoy convencida de que puedo aprender más yo de los niños que los niños de mi. Me he dado cuenta de que México y seguramente el mundo tiene gente extraordinaria viviendo en el. Niños de 10, 11 años que saben perfectamente que es lo que quieren hacer, simplemente les falta descubrir cómo hacerlas. Quiero decir también que hay casos de maestros que se desviven por sus alumnos, que quieren verlos crecer y que los están preparando para lo que viene. GRACIAS a esas personas que actúan sobre el problema.

Así es la educación.. Sepia
Ahora me doy cuenta de que 4 horas diarias de dar clase, no es suficiente, jamás será suficiente porque los niños y hasta los adultos jamás dejarán de aprender. Insisto en que las personas se forman a diario y no por lo que te dice un libro, ni cuántos datos te sabes, sino las experiencias que te transmite el simple hecho de vivir. Hoy pude aprender de niños que al inicio pensé que yo iba a enseñarles a ellos, en mi ciega y egocéntrica mente que pensaba que sabía más que ellos. Hoy me enseñaron lo importante que es vivir y el simple hecho de agradecer cuando te dan una hoja, saludar cuando alguien entra al salón, de ayudarle al que no entendió, a no dejar caer al niño que está de desastroso, sino impulsarlo para que vaya al mismo ritmo.

Han sido tan solo dos días, que inicialmente creí que sería solo llenar mi horario, para no aburrirme mientras todos iban a Chiapas. Hay muchas cosas que hacer, qué digo muchas, MILLONES. Y probablemente no seré yo las que cumpla todas, pero voy a cumplir todas las que pueda. Estos niños me han abierto los ojos a un mundo cruel, a un mundo que no deja avanzar a los demás si no está avanzando el, al mundo que tanto trabajo me costó ver. Pero ya no hay vuelta atrás, ahora conozco al mundo y planeo enfrentarlo.

Aquí pertenezco
Quiero dejar muy en claro una cosa, he aprendido más cosas buenas que malas en estos dos días. ¿Retos? Puedo empezar desde decirles que aún cuando soy extrovertida, me costó trabajo pararme frente al salón el primer día, porque sé que hay al menos una persona que está poniendo atención a lo que le digo. Esto puede ser peligroso, por lo que tengo que usar las palabras correctas, desde ahí inició mi miedo y creo que ha sido lo más difícil para mi hasta ahora. ¿Desafíos? Creo que no hay uno más grande que captar la atención de los niños, que por supuesto está inmersa en la imaginación. ¿Reconocer el éxito? No sé si puedo decir que ya sea éxito, aún faltan dos días por delante, de los cuales planeo hacer mejor que los dos que ya pasaron. ¿Reconocer el fracaso? Ha de ser lo más difícil, pero creo que el fracaso ya pasó, mi fracaso fue no haber hecho algo antes; Ahora veré para adelante, como debería ser. ¿Compromiso? POR SUPUESTO. ¿Empatía? La he sentido más que nunca el día de hoy, solo así puedes llegar a entender cómo ven el mundo los demás y por qué te has cerrado a ver solo el tuyo. Y por último, ¿Conciencia nacional? la tengo más que clara. Y estoy 100% segura de que no soy la única que quiere hacer el cambio.

Tengo mucho que hacer y YA empecé. 

Creatividad: 8 horas    Acción: 8 horas    Servicio: 8 horas



2 comentarios:

  1. Felicidades! Habemos quienes NUNCA lo intentamos.

    ResponderEliminar
  2. Querida Gaby:

    Estoy muy orgulloso de tí. Eres una persona auténtica, sencilla, positiva. Dar clases no es nada fácil, y como bien dices, aprende uno más de los niños que los niños de uno. Sin embargo, el mejor regalo que puedes dar a la niñez es enseñarles que la vida es postiiva y vale la pena vivirla, y que buscar tus ideales es una meta alcanzable. La mejor manera de enseñar a los niños es con el ejemplo, y tú eres un excelente ejemplo a seguir. Ojalá todos tuvieran esa belleza interior que tu tienes, para que nuestro México sea un México diferente, un México mejor. Gracias por compartir esa belleza con los que te rodean.

    Que Dios te cuide y acompañe siempre. TQM, Pablo de L.

    ResponderEliminar